El pasado 25 de junio, Gecko Hotel & Beach Club volvió a dar la bienvenida a sus clientes en este verano de nueva normalidad. Desde la idílica playa de Migjorn, en Formentera, reivindica su estilo propio que busca revivir el glamour veraniego de la jet-set en los años 50, respetando el entorno protegido que lo rodea.

Después de varios meses confinados, los espacios abiertos de este emblemático hotel se antojan un paraíso accesible y próximo. Sus amplios jardines de césped al lado de la playa, con espaciadas hamacas y camas de día, son el lugar perfecto para desconectar y relajarse con el mar de fondo y al lado de la piscina. Como añadido, muchas de sus habitaciones cuentan con una pequeña piscina privada para poder tener la máxima intimidad y distanciamiento.

Todas las habitaciones buscan revivir el estilo Riviera Balear con el que se impregnó el hotel en la remodelación llevada a cabo en 2017, para lo que en la decoración se utilizó una mezcla de colores neutros, salpicados con un omnipresente azul cobalto. El blanco inmaculado de Formentera, los grandes espejos y sus enormes ventanales invitan en todas las estancias a disfrutar de la luz de la isla y la brisa del mar. Cada una de ellas cuenta con balcón o, en el caso de las habitaciones superiores, con patios y terrazas panorámicas concebidas para disfrutar de los jardines y vistas al mar.

La vida en el hotel gira en torno a su Beach Club, en el que se ubica la terraza del restaurante, la piscina y todos los jardines con sus hamacas y camas de día. La propuesta del restaurante sigue ofreciendo un estilo de cocina saludable, en la que se recoge el justo equilibrio entre la cocina mediterránea, internacional y fusión, y con gran protagonismo de las recomendaciones diarias y opciones vegetarianas. Esta temporada, además, es posible disfrutar de la cocina de Gecko al aire libre no solo en la terraza del restaurante, sino también en los jardines del hotel o bajo los árboles tocando la arena de la playa.

Varias noches a la semana se mantienen una temporada más sus espetadas, ya un clásico en la isla, en las que disfrutar de una gran variedad de pescado y marisco al ritmo de música bosa nova en directo y bajo la luz de la luna.

Para completar la estancia, Gecko ofrece a sus huéspedes clases de yoga diarias de la mano de su “resident guru” Yiannis Mukta Om, así como tratamientos wellness con productos 100% naturales (elaborados especialmente para Gecko o de la marca SeaSkin), que resultan la opción perfecta para conectar con la naturaleza y sumirse en un estado de paz absoluto.

Además de para los clientes alojados, Gecko Beach Club está abierto a quienes quieran vivir durante un día la experiencia del hotel, con un cuidado protocolo de acceso para mantener en todo momento la privacidad y tranquilidad. Para eso, vuelve a ofrecer este año distintos pases de día con los que es posible disfrutar de una jornada en la playa más tranquila y amplia de Formentera y todas las zonas comunes del hotel, su piscina, jardines y propuestas para huéspedes.

Gecko forma parte de Small Luxury Hotels of the World y es uno de los hoteles boutique más exclusivos de la isla de Formentera, y sus 30 habitaciones la estancia perfecta para recorrer Formentera y disfrutar de sus aguas turquesas, de la naturaleza y del sol. A cualquier hora del día, se convierte en el entorno perfecto para olvidarse de las preocupaciones y liberar las tensiones acumuladas en los últimos meses, bien sea con un refrescante cóctel en la piscina, dando un paseo junto a la arena blanca, con un picoteo liviano, escuchando música relajante desde una hamaca o simplemente disfrutando de una comida o cena frente al mar azul e infinito.